miércoles, 16 de agosto de 2017

Las rosas de Tsu-ling

El sabio Feng acostumbraba a visitar el jardín de Tsu-ling. Las rosas de Tsu-ling tenian fama de ser las más hermosas y solo rivalizaban con las mías. Tsu-ling y yo nos odiabamos desde hace tiempo atrás.

Una tarde yo estaba regando mis hermosas rosas y me vino a visitar el sabio Feng que me preguntó con una voz rara:

-alguien echó sal en las rosas de Tsu-ling ¿Quien puede odiarlo así?

-Odio a Tsu-ling- le contesté-, pero no a sus rosas consigo buenos resultados gracias a procedimientos laboriosos, invento máquinas de riego, protejo a mis plantas contra la helada de mil métodos diferentes, escarbo en la tierra en busca de respuestas. Pero Tsu-ling no necesita nada de eso. El entiende a las rosas como si leyera un mensaje en sus pétalos. Lo odio, es verdad; Pero lo considero un jardinero superior.

Al pasar cerca de la casa de Tsu-ling, como vivo cerca, lo escuché hablando con el sabio Feng. Escuche que las rosas eran igual de bellas que su esposa, lo cual me pareció extraño porque él nunca hablaba de ella. Pero no le di importancia y seguí mi camino en busca de tierra.

Esa tarde me quede pensando en lo bella que era la esposa de Tsu-ling y en cuando el la mató.

Otra tarde me volvió a visitar el sabio Feng.

- ¿Que pasa que no encuentro a Tsu-ling?- me preguntó- Sus rosas están tan hermosas como siempre, pero las rodea la maleza.

-Una espina venenosa mato a Tsu-ling, a principios de la primavera se hirio con una espina. Le produjo una herida profunda. murió al tercer día.

                                                          FIN 



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